El sesgo del status quo es un sesgo cognitivo sutil pero muy poderoso, que afecta decisiones de usuarios, diseñadores y organizaciones enteras sin que muchas veces se den cuenta.
Consiste en la tendencia a preferir que las cosas se mantengan como están, incluso cuando cambiar podría ser beneficioso.
🧠 En otras palabras: “Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer» o «Más vale pájaro en mano que ciento volando”.
Este sesgo es el miedo a lo desconocido, uno de los comportamientos más humanos que existen. Puede parecer prudencia o resistencia al cambio racional, pero en realidad es un atajo mental que evita el esfuerzo de evaluar nuevas opciones y la incomodidad que produce la incertidumbre.
Este sesgo se debe a varios mecanismos psicológicos:
- Aversión a la pérdida: Cambiar implica el riesgo de perder algo que ya se tiene (aunque lo que se gane pueda ser mejor).
- Miedo a lo desconocido: Preferimos lo familiar porque nos resulta más seguro, predecible y menos estresante.
- Inercia cognitiva: Cambiar requiere esfuerzo mental. Comparar, decidir, aprender… Es más cómodo no hacerlo.
- Costos hundidos emocionales o prácticos: Hemos invertido tiempo, dinero o energía en la opción actual. Abandonarla parece un desperdicio.
Ejemplos del sesgo del status quo
En nuestra vida nos encontramos con múchisimos ejemplos de este sesgo, como seguir con el mismo proveedor de internet aunque haya opciones más baratas o no cambiar de banco aunque cobren comisiones innecesarias.
También encontramos muchas personas o empresas que usan un software obsoleto solo porque “así lo hemos hecho siempre”. Y aunque saben que cambiar a otra sería más eficiente, nadie quiere volver a aprender todo desde cero.
Esto es similar a cuando se lanza una nueva funcionalidad: muchos usuarios simplemente no la usan si rompe con lo que ya conocen. Por eso es muy importante a la hora de diseñarla, involucrarlos para que la sientan como algo suyo que han creado.
Muchos usuarios nunca modifican los ajustes predeterminados. Por ejemplo: Privacidad en redes sociales, idioma o tema (claro/oscuro)…
Esto puede ser bueno o malo, dependiendo de si los defaults favorecen la experiencia del usuario o solo los intereses de la empresa.
En los formularios y procesos de conversión, si un usuario tiene que tomar muchas decisiones nuevas, puede abandonar. Pero si se le presentan valores preseleccionados o una opción “recomendada”, es mucho más probable que la acepte.
Cómo los diseñadores y equipos de UX pueden usar o mitigar este sesgo
Usarlo a favor (de forma ética):
- Configura defaults inteligentes: elige opciones por defecto que sean realmente las mejores para la mayoría.
- Simplifica la toma de decisiones: usar una opción como “recomendada” o “más popular” reduce la ansiedad del cambio.
- Haz que el nuevo comportamiento parezca una extensión natural del anterior, no una ruptura total. Por ejemplo, en Spotify cuando lanzaron el modo «Descubrimiento semanal», no reemplazaron nada, lo agregaron como una playlist más, basada en tus gustos (continuidad con tu status quo). Ya es cosa del usuario que si le gusta, la puede guardar o ignorarla. Cero presión. Esto facilitó la adopción sin forzar el cambio, y fue un éxito.
Asi mismo es bueno conocerlo para tenerlo en cuenta y evitarlo cuando sea una barrera:
- Comunica claramente los beneficios del cambio de forma anticipada, y empleando distintas formatos de comunicación.
- Reduce la fricción para cambiar: tutoriales, migración automática de datos, compatibilidad con lo anterior…
- Ofrece una reversión fácil o “modo seguro”: que el usuario sepa que puede volver atrás si el cambio no le gusta.
- Pero para mi, lo más importante es involucrar a los usuarios en la toma de decisiones del nuevo producto servicio. Si ellos se sienten escuchados y forman parte del cambio, serán tus evangelizadores.
El sesgo del status puede resultar muy peligroso. De ahi saber que existe para intentar reconocerlo cuando aparece.
- Cuando impide que usuarios adopten mejoras que realmente los beneficiarían.
- Cuando las interfaces evolucionan mal por miedo a que «los usuarios se enojen si lo cambiamos».
- Cuando los equipos internos evitan decisiones difíciles solo por costumbre o comodidad.
Conclusión
El sesgo del status quo es el guardián invisible de la zona de confort. No es necesariamente malo, pero puede impedir la evolución.
En diseño, ignorarlo es un error. Comprenderlo permite crear productos que respeten la familiaridad sin sacrificar la innovación.
“El diseño más poderoso no es el que impone cambios, sino el que logra que el cambio se sienta como continuidad.”
Espero que te guste y hayas aprendido!