El sesgo de anclaje es uno de los sesgos cognitivos más estudiados y aplicados, especialmente en contextos de negociación, precios, decisiones rápidas y diseño de interfaces.
El sesgo de anclaje (anchoring bias) es la tendencia a depender demasiado de la primera información disponible (el «ancla») al tomar decisiones, especialmente cuando hay incertidumbre.
En otras palabras: el primer número o dato que vemos condiciona todo lo que viene después, incluso si no es relevante o exacto.
Este sesgo tiene una base evolutiva y cognitiva:
- Atajo mental (heurística): Cuando no sabemos cuánto vale algo o cómo tomar una decisión, nuestro cerebro usa la primera información como punto de referencia.
- Reducción de incertidumbre: En vez de partir de cero, usamos el ancla como guía (aunque esté equivocada).
- Economía cognitiva: Cuesta menos ajustar una cifra ya dada que generar una completamente nueva.
Ejemplos del sesgo de anclaje
Si estás comprando un coche usado y el vendedor te dice que cuesta 15,000€, aunque sepas que podrías pagar 12,000€, mentalmente anclas tu percepción del valor en $15,000. Así, cualquier rebaja parece una oferta.
En un supermercado, ves un cartel: «Límite: 5 por cliente». Aunque no ibas a comprar más de 2, terminas llevándote 4. El número 5 actúa como ancla, sugiriendo que ese es un número razonable.
En el diseño digital también vemos múltiples casos donde aplicamos este sesgo:
En muchos e-commerce, se muestra un precio anterior tachado junto al actual: Antes $120 → Ahora $60”
El precio anterior es el ancla y hace que el precio actual parezca más atractivo.

A la hora de suscribirte a un servicio, las páginas web suelen mostrar primero el plan más caro (Premium), luego el medio, luego el básico. El plan inicial actúa como ancla, y el resto parece más barato en comparación. Un ejemplo:
- Pro: $49/mes
- Plus: $29/mes
- Básico: $19/mes
Aquí, el plan Pro hace que el Plus parezca razonable y el Básico una ganga.

Típico ejemplo de suscripción
También se usa en encuestas o formularios donde se piden cantidades o preferencias, actuando el número por defecto o las opciones pre-seleccionadas como anclas. Otro ejemplo: “¿Cuánto estarías dispuesto a donar?”
- $5
- $20
- $50
- $100
La simple presencia de $100 puede hacer que $20 parezca más aceptable.
En la experiencia de usuario, el sesgo de anclaje es útil porque:
- Ayuda a guiar decisiones del usuario cuando hay incertidumbre.
- Puede facilitar comparaciones (cuando se presenta bien).
- Se usa mucho en pricing psychology.
Riesgos y mal uso
El sesgo de anclaje puede ser usado para inflar el valor percibido de un producto artificialmente, manipulando a las personas. Algunos sitios colocan precios «fantasma» (como tachar $200 y decir que ahora cuesta $50, aunque nunca costó $200).
Si el ancla no refleja el valor real del producto o servicio, se genera decepción. Ejemplo: Un curso online con “antes $999 – ahora gratis” puede levantar sospechas o hacer que los usuarios piensen que es de baja calidad.
Cómo usar el sesgo de anclaje de forma ética en diseño
- Transparencia: Asegúrate de que el precio original era real si muestras descuentos.
- Educación progresiva: Usa anclas para ayudar al usuario a entender opciones complejas (por ejemplo, comparadores de precios o features).
- Configuraciones por defecto razonables: En formularios, sliders o sugerencias, usa valores iniciales que tengan sentido. El ancla puede condicionar decisiones importantes (como donaciones, cantidad de productos, límites de gasto).
- Testeo constante: Verifica si los anclajes usados están generando decisiones beneficiosas para los usuarios o los están empujando hacia elecciones no deseadas. Prueba diferentes formatos de presentación en tests A/B.
Conclusión
El sesgo de anclaje es una herramienta poderosa, pero como todo sesgo, tiene un doble filo. Puede usarse para: simplificar decisiones, aumentar la percepción de valor, o inducir comportamientos indeseados.
En manos de un diseñador consciente, puede mejorar la experiencia del usuario. Pero en manos poco éticas, se convierte en una forma de manipulación encubierta.