Sesgo de Anclaje (Anchoring Bias)

El sesgo de anclaje es uno de los sesgos cognitivos más estudiados y aplicados, especialmente en contextos de negociación, precios, decisiones rápidas y diseño de interfaces.

El sesgo de anclaje (anchoring bias) es la tendencia a depender demasiado de la primera información disponible (el «ancla») al tomar decisiones, especialmente cuando hay incertidumbre.

En otras palabras: el primer número o dato que vemos condiciona todo lo que viene después, incluso si no es relevante o exacto.

Este sesgo tiene una base evolutiva y cognitiva:

  1. Atajo mental (heurística): Cuando no sabemos cuánto vale algo o cómo tomar una decisión, nuestro cerebro usa la primera información como punto de referencia.
  2. Reducción de incertidumbre: En vez de partir de cero, usamos el ancla como guía (aunque esté equivocada).
  3. Economía cognitiva: Cuesta menos ajustar una cifra ya dada que generar una completamente nueva.

Ejemplos del sesgo de anclaje

Si estás comprando un coche usado y el vendedor te dice que cuesta 15,000€, aunque sepas que podrías pagar 12,000€, mentalmente anclas tu percepción del valor en $15,000. Así, cualquier rebaja parece una oferta.

En un supermercado, ves un cartel: «Límite: 5 por cliente». Aunque no ibas a comprar más de 2, terminas llevándote 4. El número 5 actúa como ancla, sugiriendo que ese es un número razonable.

En el diseño digital también vemos múltiples casos donde aplicamos este sesgo:

En muchos e-commerce, se muestra un precio anterior tachado junto al actual: Antes $120 → Ahora $60”
El precio anterior es el ancla y hace que el precio actual parezca más atractivo.

A la hora de suscribirte a un servicio, las páginas web suelen mostrar primero el plan más caro (Premium), luego el medio, luego el básico. El plan inicial actúa como ancla, y el resto parece más barato en comparación. Un ejemplo:

  • Pro: $49/mes
  • Plus: $29/mes
  • Básico: $19/mes

Aquí, el plan Pro hace que el Plus parezca razonable y el Básico una ganga.

Típico ejemplo de suscripción

También se usa en encuestas o formularios donde se piden cantidades o preferencias, actuando el número por defecto o las opciones pre-seleccionadas como anclas. Otro ejemplo: “¿Cuánto estarías dispuesto a donar?”

  • $5
  • $20
  • $50
  • $100

La simple presencia de $100 puede hacer que $20 parezca más aceptable.


En la experiencia de usuario, el sesgo de anclaje es útil porque:

  • Ayuda a guiar decisiones del usuario cuando hay incertidumbre.
  • Puede facilitar comparaciones (cuando se presenta bien).
  • Se usa mucho en pricing psychology.

Riesgos y mal uso

El sesgo de anclaje puede ser usado para inflar el valor percibido de un producto artificialmente, manipulando a las personas. Algunos sitios colocan precios «fantasma» (como tachar $200 y decir que ahora cuesta $50, aunque nunca costó $200).

Si el ancla no refleja el valor real del producto o servicio, se genera decepción. Ejemplo: Un curso online con “antes $999 – ahora gratis” puede levantar sospechas o hacer que los usuarios piensen que es de baja calidad.


Cómo usar el sesgo de anclaje de forma ética en diseño

  • Transparencia: Asegúrate de que el precio original era real si muestras descuentos.
  • Educación progresiva: Usa anclas para ayudar al usuario a entender opciones complejas (por ejemplo, comparadores de precios o features).
  • Configuraciones por defecto razonables: En formularios, sliders o sugerencias, usa valores iniciales que tengan sentido. El ancla puede condicionar decisiones importantes (como donaciones, cantidad de productos, límites de gasto).
  • Testeo constante: Verifica si los anclajes usados están generando decisiones beneficiosas para los usuarios o los están empujando hacia elecciones no deseadas. Prueba diferentes formatos de presentación en tests A/B.

Conclusión

El sesgo de anclaje es una herramienta poderosa, pero como todo sesgo, tiene un doble filo. Puede usarse para: simplificar decisiones, aumentar la percepción de valor, o inducir comportamientos indeseados.

En manos de un diseñador consciente, puede mejorar la experiencia del usuario. Pero en manos poco éticas, se convierte en una forma de manipulación encubierta.


Sesgo de Anclaje (Anchoring Bias)

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